marta ochoa castillo 2015

En 1993 se inaugura el Centro Nacional de Tecnificación para Gimnasia Rítmica y Deportiva de Alicante. En 1994 termina la laboriosa obra del Palacio Municipal de Deportes de Huesca.


Ambas construcciones esconden rincones en los que a día de hoy encontramos colchones, cartones, mantas... El ajuar propio de un cobijo. En estos espacios la temperatura es más suave y la luz se derrama intensa gracias a la plasticidad de los muros… ¿por qué no convertir un espacio tan rico en uno propio del ámbito doméstico? ¿Por qué no magnificar y hacer evidente la habitabilidad de ese espacio?


La intervención nace de la simbiosis entre la preexistencia arquitectónica y la necesidad de reposo del hombre. Del ajuar mínimo que se encuentra familiarizado con el lugar, a trasladar nuevos elementos que provienen de la casa familiar.

“En muchos proyectos de Miralles encontramos posibles habitaciones camufladas o únicamente accesibles durante la construcción del edificio. En numerosos tectos, Enric hace referencia a la habitabilidad de algunos rinconces de sus proyectos, especulando incluso con la posibilidad de vivir allí. Sorprende entonces que esos rincones acaben efectivamente siendo habitados, pero no ya respondiendo al pensamiento poético del arquitecto sino escapando de él, siguiendo una necesidad que lo anula.”


“Con ocasión de una conferencia sobre el tema de del habitar me referí a que en algunos de mis proyectos hay algún rincón protegido que ofrece condiciones de habitabilidad. Podemos encontrarlo junto a los muros de la capilla del cementerio de Igualada, en algunas de las entradas laterales del estadio de Huesca y siempre en lugares donde la construcción se repliega sobre sí misma, para formar una estancia donde es posible comenzar a almacenar objetos.”
30 de octubre de 2015 con la ayuda de Jorge Pérez y Noelia Rodríguez y a costa de mi familia
David Bestué
Enric Miralles a izquierda y derecha (también sin gafas)
Enric Miralles